Pon los pies en remojo durante unos minutos en agua tibia jabonosa, que puedes perfumar con tu gel favorito. Seca bien. Aplica crema exfoliante masajeando con movimientos circulares, insistiendo en las zonas donde la piel es más gruesa.
2. Empuja las cutículas con palito de naranjo y eliminar los pellejitos con alicate.
3. Frota las durezas con piedra pómez, pala especial para pies o elimínalas con cuchilla de podología.
4. Da forma ligeramente cuadrada a las uñas con lima de cartón. Si prefieres cortar las uñas, intenta mantener la forma cuadrada para evitar que al crecer los bordes se claven en la piel.
5. Aplica crema en las uñas y alrededor de la cutículas. Espera cinco minutos, retira, cepilla las uñas y pon crema por todo el pie con un ligero masaje.
6. Iguala la superficie de la uña con lima pulidora.
7. Pon base fortalecedora para las uñas. Para separar los dedos hay accesorios especiales, pero es mucho más cómodo enroscar tiras de papel higiénico entre ellos. Mételos en unas chanclas antes de pintar.
8. Aplica dos capas de esmalte, esperando al menos cinco minutos entre capa y capa.
9. Aplica esmalte o spray de secado rápido. No te calces durante al menos una hora.
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